Tiento al desencanto,
apelo a tus fisuras,
anhelo mi indiferencia,
busco el repudio de tu brillo.

Evoco pasajes enfermizos,
aliento mi desprecio,
mato una vez más tu sonrisa...
Aún no doy con tu olvido.



Ideas que se retuercen
en la luz vacilante de una vela,
voces que se ahogan
en un silencio tan magno
e inmutable como
una apacible muerte.

Miles de razones kamekase
que viven con pasión
en la cresta de una ola
hacia las rocas,
y son tantas y tan efímeras
que aún no me encuentro.

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